Meditaciones para trascender
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Un equipo, una sociedad, el mundo, es más sano cuando cada miembro dice: “Si no agrego mis dos centavos, todo el sistema fallará”.
No dos centavos cualesquiera, sino los que pertenecen a ese individuo en particular.
Por el simple hecho de obedecer al otro no es posible permitir nada. Nada puede funcionar solamente a base de instrucciones. Pues cada cosa contiene una chispa Divina.